Sin tú Latido

Sabes que mi pecho muere en cada despedida
Que de la redondez del vientre tengo la tierra metida en el cuerpo.
Sabes que sin ti los días perecen en un sino.
Y que de cada latido de nuestro pecho, surge un vuelo un recorrido magnífico de verdades.
La verdad es la mayor aspiración y el verso su sostén.
Sabes que sin tu latido los días son agónicos.
Volvamos al amanecer entre pieles y besos.
Está es la ley del amor.
1, volver después del enojo
2, creer.
3, amar por sobre todo

Ana Carolina Saavedra Lozada

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