El territorio en conflicto

se extiende más allá de las fronteras
absurdas
arbitrarias
perennes
hostiles
impuestas en los mapas

primero toma cuerpo en las mentes
estrangula las ideas gloriosas hasta asfixiarlas
solo quedan el vaho espeso del miedo
y la angustiosa oscurana de la incertidumbre

luego los ejércitos se despliegan infames
derriban el muro de las certezas todas
aplastan creencias y pudores atesorados
hasta volverles polvo

nosotras
eterno botín de guerra
somos territorio extendido de la barbarie
espacio predilecto para el desfogue
violento
depravado

nuestro cuerpo:
escenario de todos los terrores

de tan constantes, se nos seca el cuerpo
las lágrimas se vuelven sal en las cuencas
la leche se cristaliza en los pechos
las criaturas sin sustento
mueren

cuando el ciclo del vientre se cumple
fluye apenas retenido por trozos de tela
sin posibilidad de otras maniobras
que protejan la intimidad
o permitan lavar sus rastros
poco a poco el flujo se vuelve irregular,
hasta llegar a desaparecer
y volverse polvo

polvo…

a eso se resume nuestra existencia
hogares destruidos, derribados
alimentando el polvo del desierto
alegrías y esperanzas rotas
sumando granos al polvo de la historia
caminos y refugios desvanecidos
cubiertos del polvo de la indiferencia
cuerpos vejados y mancillados
ahogados en el polvo del olvido
polvo…

en nuestros pulmones, solo polvo
en nuestros ojos, destrucción y polvo
en nuestras manos, caricias en polvo
en nuestros pies, las rutas del polvo
en nuestros vientres, afrentas y polvo
polvo
polvo
polvo
solo cuerpos y memorias hechas polvo

Ninfa María Monasterios Guevara

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