A MIS ANCESTROS.

Llegó el hombre armado. Su mano lanzaba fuego. Sus gritos ensordecían a los que asustados corrían. Su mirada era codiciosa al admirar esta tierra bravía donde el oro resplandecía. Corría la Mujer desnuda con su niño entre los brazos, buscando guarecerse de tantos bandidos juntos. Corría, corría asustada, con su angustia lacerando el alma, con su llanto regando el camino y con su huella marcando la tortura que le deparaba el destino. Fuego y saqueos a granel. Aún HOY lo estamos viviendo. Hombres, mujeres, ancianos y niños con su vida defendían todo aquello que tenían producto del trabajo, de la cultura de su pueblo que estaba arraigado en cada poro de su cuerpo. Eran nuestros Ancestros que luchaban y morían. La sangre caliente aborigen y bravía que por nuestra tierra corría. Tierra que con valor y arrojo defendían. Han pasado más de 500 años de aquella «macabra jauría» que destrozó todo a su paso, dejando en aquel momento solo desolación y muerte acabando con nuestra gente. Hoy, queremos reivindicar con profundo amor y cariño a nuestros Ancestros bravíos, hombres, mujeres, ancianos y niños que defendieron esta tierra y nos legaron su cultura, su sangre y sapiencia, para seguir viviendo y disfrutar de los recursos que nos provee nuestra Patria. Patria! que aún sobrevive, enfrenta y lucha ante los «embates del enemigo». Y que ahora con nuestra vida continuamos defendiendo. Gracias Aborígenes, Ancestros nuestros! Gracias Aborígenes, Ancestros míos!

Dinaida Barrios

 

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