Por esta herida

Por esta herida
manan nubes y lloviznas

la sangre
no llegará al río,
pero sí al mar

alguna sonrisa se dibujará
en el rostro de la cizaña,
o en sus ojos de serpiente

la herida sanará:
la sangre habrá alimentado peces y sueños;
la sonrisa —ya ajena a aquel rostro—
será bandera perenne
en el mío, de primaveras

y

la cicatriz
será solo una advertencia

Ver no es lo mismo que mirar o observar. Aunque todo tiene un mismo fin, son cosas
distintas; aún así, mis ojos me dejan mirarte y observarte. Así vemos, así miramos y así mismo
observamos. Pero los ojos hacen más que eso, me permiten seducirte sin tocarte con las
manos. El mirarte es como penetrar tu piel, y observarte es hacerte sentir el escalofrío que
recorre tu espalda, para que sientas como se desbordan tus deseos y pensamientos, solo con
ver como deseo desnudar tu piel.

Ninfa María Monasterios Guevara

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